Las grandes permacultoras, diseñadoras, formadoras y escritoras Alessandro Ardovini y Simranjit Bison han publicado recientemente «La Rueda» (bajo la editorial Kaicron), una novela sobre permacultura en clave Solarpunk que ha sido ilustrada por la artista Iruka.

Hace ya unos años que mi locura por la permacultura me llevó a querer (y puesto querer es poder) a asistir a la Convergencia Estatal de Permacultura (CEP 2018) para conocer, compartir, aprender y vincularme más con este movimiento a nivel inter-bio-regional. Era la primera vez que asistía a una CEP, recuerdo que llegué caminando, con mi mochila a la espalda, desde Titulcia, donde había bajado del autobús, hasta la comunidad de Garaldea, que acogió y cuidó del evento y de las que en su entorno convivimos durante aquellos cuatro días.
Justo en la entrada me sobrepasó un monovolumen con cuatro jóvenes y un montón de bultos a su alrededor. Nos saludamos y fueron a aparcar, yo entonces me acerqué caminando y observando el lugar y su energía. Miraba aquí, allá, los edificios y sus formas, los árboles, avanzando bajo su agradable sombra, la disposición de las estructuras, su ubicación, los pequeños detalles. No vi a nadie.
Al acercarme intuí la presencia de niñas, pues había algún juguete en el suelo. También vi lo que intuí era una mesa de recepción, con carteles y papeles; entonces apareció tras una esquina o por alguna puerta quizá, un personaje pequeño y delgado, pero cuya seguridad y serenidad le condecía por derecho un grado de autoridad. Salió a recibirme y parecía estar encargada, o al menos bien conocedora de la organización. Nos presentamos. “¿Alessandro Ardovini?” le pregunté al constatar su acento italiano, pues ya había escuchado o leído su nombre antes. “Alessandro Ardovini, sí” respondió.
Fue una conexión instantánea la que se formó entre nosotras (como a muchas nos ocurre a menudo) que al cabo de unos minutos hizo que nos sintiésemos amparadas por una confianza familiar: como si ya nos conociésemos. Comenzó entonces una esporádica pero conecta amistad que hoy por hoy (tres años más tarde) nos hada dado alegrías, gratos momentos y ese apoyo que, aún en la distancia, sabes que te ayuda.
Ya en aquella convergencia de 2018 ella se portó conmigo como una gran madrina ayudándome a conectar con el lugar y a conocer al colectivo. También a reconectar conmigo misma, hacia esa parte de mí que tanto tiempo había tenido hibernando; pasión, que para nuestro goce ambas teníamos en común: la escritura. Compartimos nuestras ideas con confianza, con interés… ensoñando juntas un futuro real, posible, bello, justo y abundante.
A Simranjit la conocí en «La Longuera» un año después en la segunda convergencia a la que asistía (CEP 2019) y su delicadeza y bondad pronto me cautivaron por completo.
Tanto a ella como a Aless les tengo y siempre tendré en gran valor y estima pues además fueron mis primeras (y únicas de momento) profesoras de CDP (Curso certificado de Diseño en Permacultura), las cuales durante el Agosto de 2019 nos hicieron disfrutar y vivir la permacultura desde la cercanía y la práctica; también junto al gran Jesus Ledesma, visionaria de Permacultura Laguar.
Sí, sí, vamos… Las quiero mucho a ambas. A la ilustradora no la conozco personalmente, pero también la quiero mucho y mucho más que la querré el día que la conozca. Así que, si lo que esperáis que os cuente a continuación sea una crítica imparcial y objetiva mucho me temo que se equivocaron de periódico amigas mías.
Y mucho menos puedo ser imparcial tras haber tenido al honor de leer la obra aún inédita y haber podido aportar a ella mi granito de arena entre las rítmicas olas de sus páginas, en forma de opinión y revisión (muy poca eh).
«La Rueda» se define a sí misma como “una novela ilustrada sobre permacultura en clave Solapunk”. En efecto, se nos presenta en sus páginas una novela que poco a poco nos sumerge en los principios de la permacultura, su definición y conceptos clave, a través de la historia de Kseniya, una joven recién llegada a Barcelona queriendo dejar atrás una realidad y una sociedad injustas. Kseniya conocerá a Alfredo, un loco de la permacultura que la irá introduciendo en este apasionante mundo, lo cual cambiará para siempre su vida y la vida de muchas otras.
Toma «La Rueda» distancia con la habitual bibliografía sobre permacultura a la que estamos acostumbradas: didáctica, lógica, a veces incluso sintética. Comenzamos aquí por fin a ver un estilo más afín a la visión permacultural sobre educación y aprendizaje, en la cual innovamos, mezclamos y experimentamos. La emoción y los sentimientos toman partido en esta narración, en ella se transmite lo que las guías y manuales no son capaces; la historia de sus protagonistas y sus experiencias, que son la experiencia viva de todas las que hemos trabajado codo con codo con un grupo de amigas voluntarias o que hemos conocido en un encuentro fortuito a grandes amigas o amores.
Pero también tiene esta novela su parte instructiva, en ella se nos habla sobre, cómo, dónde y hasta cuándo la permacultura es y propone al mundo y las sociedades humanas, para regenerar los entornos humanos a nuestro alrededor y en nosotras mismas. Narrada no a través de un manual ni aún tan siquiera desde un estilo único, sino desde experiencias, tendencias y toda una fusión de estilos que integran desde el teatro a la mensajería instantánea, desde lo empírico al blog personal.
Una obra que guarda en su interior una rueda muy espacial: «La Rueda EsEmCueM». De forma divulgativa y didáctica se nos presenta uno de los aspectos más potentes del mundo de la permacultura: el meta-diseño, o diseño de métodos de diseño. Así, conoceremos y podremos estudiar este sistema innovador, una forma orgánica, geométrica, viva, que es la rueda «EsEnCueM». Un sistema que recoge, aúna y renueva los ya tradicionales sistemas (como el SADIMET), listo y abierto a ser usado y replicado a nivel local, en nuestras casas, en nuestras fincas, en nuestros proyectos y sociedad. Espíritu, Emoción, Cuerpo y Mente unidos y entremezclados en una historia que nos lleva de lo practico a lo lúdico, de lo formativo a lo vivencial, yendo del individuo al colectivo, de lo femenino a lo masculino, de dentro a fuera; inhalando y exhalando con cada uno de sus capítulos.
En estilo solarpunk, por supuesto.
Un estilo nuevo, propio a un nuevo paradigma que iremos descubriendo al leer la historia. Estilo del que podemos, no obstante debemos, proclamar su naturaleza positiva, visión para un futuro solar, sostenible, inclusivo, abierto, tolerante, abundante y emocionante; con el arte y las letras como medio para acercar una nueva conciencia a la sociedad.
Un género en el cual la catastrófica (en algunos casos apocalíptica), hiper-tecnológica o espacial visión de nuestro futuro como especie deriva (y en esencia se polariza) hacia una revisión de la mentalidad humana y su tendencia a ver siempre el vaso medio vacío. Una visión acerca de un futuro construido más que destruido, cooperativo en lugar de competitivo, inclusivo, lejos de lo aterrador.
Un nuevo movimiento que poco a poco irá creándose un hueco cada vez más ancho en las estanterías que formarán las colecciones bibliotecarias de esta nueva era que se nos ha echado encima y en la que irán cuajando muchos principios y valores que algunas aún no llegan a entender.
El trabajo pues aquí, de Alessandro y Simranjit es encomiable, pues de veras que las extremas condiciones de inestabilidad que nuestra especie genera sobre el planeta, y por ende, sobre su propia supervivencia, necesitan toques de atención por cualquiera que sea el medio por el que se puedan transmitir. Y que mejor que la literatura como arte cultural, la cual queremos permanente, por supuesto.
Y son las artes como las letras promotoras de los cambios que la humanidad debe hacer, pues en el arte, en todas sus formas reside el poder para transportarnos desde el férreo y estático mundo de lo físico al inmenso y cambiante mundo de las emociones, dinámico y en rápida evolución. En el cual nos movemos, sumergidas, nadando hacia nuestro futuro.
Enhorabuena Aless, Sim e Iruka por este magnifico libro.
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